El pasado lunes 21 de febrero, los trabajadores y trabajadoras de SADIEL dimos un paso importante. Por primera vez en la historia de nuestra empresa, un elevado porcentaje de la plantilla se echó a caminar en pro del I Convenio de Empresa de SADIEL. Como te indicamos, te adjuntamos hoy imágenes de ese día.
Ha sido nuestra primera huelga, que ha venido de la mano del constante deterioro de nuestras condiciones laborales y económicas así como del bloqueo de la negociación de nuestro I Convenio, todo ello al mismo tiempo que SADIEL crece y se desarrolla gracias a nuestro gran trabajo.
Hasta ahora, habíamos sido caminantes solitarios pero finalmente, el 21 de Febrero, decidimos caminar todos juntos por la senda que nos conduce a unas condiciones laborales dignas y que hacen justicia a la dedicación y el esfuerzo de una plantilla abnegada y entregada.
Para caminar juntos hemos tenido que vencer muchas barreras: el miedo, los estereotipos con los que nos han bombardeado durante años, desconfianzas, etc. Los hechos acontecidos y sufridos por nosotros (salarios inferiores a los de hace 25 años, pérdida de estabilidad en el empleo, dificultad para desarrollar una carrera profesional por la multiplicación de las categorías y la carencia de mecanismos transparentes que garanticen la promoción, sustitución de la tercera paga extraordinaria por la paga variable que no hace más que dividirnos y coaccionarnos, decrecimiento de los beneficios sociales que constituyen también otra de las herramientas discriminatorias y divisorias, desaparición de los días de asuntos propios, uso abusivo de la subcontratación hasta el extremo de cesión ilegal, etc.) y el empeoramiento constante, nos han hecho ver que individualmente somos vulnerables e incluso retrocedemos y también nos ha enseñado que la sumisión y la desunión sólo nos garantiza indefensión, pérdidas, impotencia, precariedad e incluso, y es hora de recordar a los compañeros y compañeras que han pasado por dicho trance, el despido.
El pasado lunes 21 de febrero, cubrimos exitosamente la primera etapa del trayecto que tenemos que recorrer. El camino iniciado el pasado lunes llenó de humanidad, fuerza, unión, optimismo y principios una desangelada Isla de la Cartuja, insufló espíritu, calor humano y vida a ese edificio inteligente pero impasible de AYESA con nuestros pitos, gritos y cantos exigiendo justicia y dignidad, o lo que es lo mismo, CONVENIO JUSTO YA para todos.
Esta primera marcha culminó en nuestra sede, el Edificio Bluenet. No pudimos mirar cara a cara a la empresa, pero con la autoridad moral que nos da el saber que somos los artífices (junto con nuestros compañeros y compañeras de empresas subcontratistas que estuvieron presentes en nuestros corazones y nuestras mentes) de lo que hoy es SADIEL, dejamos claro que queremos que la Empresa nos trate como lo que somos: la parte más importante y el alma de SADIEL, los que generamos nuestros salarios, sus beneficios y los que ejecutamos un trabajo socialmente necesario.
La única garantía que tenemos los trabajadores para avanzar en empleo y en condiciones laborales y económicas es el estar unidos y organizados. La mayor garantía que tenemos es ser soberanos de nuestro mañana, siendo este futuro responsabilidad nuestra, y caminar en unión con determinación por conquistar lo que nos merecemos y nos pertenece, pues nadie ajeno va a venir a facilitárnoslo ni a otorgárnoslo. SI NOSOTROS TRABAJAMOS, NOSOTROS DECIDIMOS.
Se vislumbra a priori un camino largo, dado que la Empresa se esconde y tapa sus oídos de forma vergonzosa, pero al mismo tiempo hemos de estar llenos de esperanza y optimismo, pues nuestra unión hará la fuerza y nos conducirá directamente a la consecución de los nobles y justos objetivos que nos hemos marcado.
El próximo viernes 4 de marzo, continuaremos con la segunda etapa que realizaremos TODOS y TODAS para que se sepa que la plantilla de SADIEL, desde Sevilla a Santander pasando por Mérida, Madrid, Toledo, Granada o Canarias, hemos decidido avanzar juntos, pues una empresa jamás será grande y fuerte si no se cuenta con nosotros y esa consideración se refleja en nuestras condiciones laborales y económicas.
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