El pasado 28 de Noviembre recibimos dos correos que nos avisan de que se
acercan las fiestas navideñas… El espíritu navideño, independientemente
de religiones o circunstancias personales, es el que, durante unos días
para algunos, y para otros durante todo el año, nos hace sentir la
necesidad de compartir, festejar, sonreír, ser amable, recuperar la
ilusión, la magia… y sobre todo, nos invita a reunirnos con nuestra
familia, con nuestros seres más queridos y amigos, con aquellos que
verdaderamente nos hacen sentirnos parte importante de ellos…
También en Navidad, nos llenamos de buenos propósitos para el año que inminentemente comenzará, e intentamos decir adiós y olvidar las penurias y malos ratos del año que termina.
Desgraciadamente, la realidad que vivimos laboralmente es totalmente opuesta:
- ¿Puedes
sentirte miembro de una familia que desconfía de tu honestidad, vigila
tu trabajo, tus movimientos y hasta tu forma de pensar y opinar en las
redes sociales...?
- ¿Te sientes querido y parte importante de esta familia?
- ¿Puedes compartir experiencias con tus compañeros cuando ni tan siquiera puedes compartir un desayuno?
- ¿Te quedan fuerzas para sonreír y mantener la ilusión cuando solo recibes presiones, aumento de horas de trabajo y pérdida de salario en cualesquiera de sus modalidades?
- ¿Te
es fácil ser amable con quién cada día te pone nuevos obstáculos en el
camino y con aquellos de quiénes recibes un trato totalmente carente de
cortesía y buenas maneras, aquellos que de un plumazo se han cargado la
conciliación de tu faceta familiar y laboral?
- ¿Verás
recompensados y reconocidos tus esfuerzos a final de año en la puesta
en marcha de nuevo de la aniquilada paga variable o el pago de los
trienios?
- ¿Volverán los despedidos a esta casa por Navidad?
- ¿Seguirás manteniendo tu puesto de trabajo el 20 de Diciembre?
2012
ha sido un año especialmente “tenebroso” para la plantilla de la
difunta SADIEL y para nuestros compañeros subcontratados. Hemos dicho
adiós a muchísimas cosas a lo largo del año; hemos perdido a muchísimos
compañeros en tan solo estos 11 meses (y no nos cabe duda de que esta
cifra seguirá aumentando); nos hablan de causas económicas para aplicar
las devastadoras medidas y los inmorales despidos y no escatiman en
gastos “de imagen”…
¿Qué
pantomima es esta de celebrar juntos una fiesta “familiar”, de
aparentar ser felices, “buen rollito” y espíritu navideño tan sólo 3
horas al año? Claro, solo y cuando la Dirección lo permita…
Es
éste un acto en el que los únicos que tienen algo que celebrar son
aquéllos que nos lo quitan todo, hasta el puesto de trabajo. Mientras a
nosotros, a los trabajadores, nos hacen vivir en un clima laboral
irrespirable, con un control y hostigamiento propio más de una cárcel
que de un centro de trabajo, que nos envían al paro, que nos obligan a
traslados forzosos y ficticios, que nos aumentan la jornada sin aumento
de sueldo (siendo esta una bajada de sueldo encubierta), etc... ellos no
escatiman en lujos para su entorno. Y tú... ¿qué tienes que celebrar?
El
Comité de Empresa no puede invitaros a ninguna copa ni comida; solo os
invita a la reflexión, a que hagáis gala de honestidad con vosotros
mismos y actuéis conforme vuestra conciencia y moralidad os dicten.
Comité de Empresa.
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